Con el gran número de costas, playas y piscinas, la idea de trabajar de socorrista este verano 2018 se presenta muy irresistible, a parte de rentable, en estos tiempos de altas temperaturas. Empleabilidad ETT te trae las claves para ser socorriste en España ¿qué se necesita? ¿qué exige la ley? ¿cuales son los deberes y responsabilidades de un socorrista? Sigue leyendo para responder estas y otras dudas. Ante todo, los socorristas son los responsables de velar por la seguridad de los bañistas y que por ello deberán recibir formación en técnicas específicas de rescate ya que la modalidad de salvamento en entornos acuáticos así lo requiere. Además, hay que contar con una excelente condición física y con conocimientos de primeros auxilios.
No obstante, no existe una regulación estricta que especifique qué es necesario estudiar para lograr este puesto, ni existe ningún título profesional. Sin embargo, hay algunos cursos y programas de formación con los que cualquier interesado podría convertirse en socorrista. En estos cursos y programas cuentan con diferentes características, las cuales varían dependiendo de la institución que los ofrezca.
Pero generalmente en su gran mayoría solicitan que el aspirante tenga mínimo la edad de 16 años y nivel medio de natación. También se dan los casos de que en algunas comunidades autónomas sea necesaria la acreditación de tareas en prevención, primeros auxilios y/o salvamento. Aunque si nuestro deseo es ejercer en playas y lagos habría que acreditar otro tipo de formación especializada en este tipo de salvamento.
Un dato interesante para conocer es el salario: el cual ronda alrededor de los 6€/hora cuando se ejerce en piscinas y 8€/hora en playas. También es importante saber que el socorrista puede enfrentarse a una pena de cárcel de hasta 18 meses y ser inhabilitado si no ayuda a una persona en situación de riesgo, cause un accidente que ponga en peligro a un bañista o cometa una imprudencia al intentar ayudar.
Aparte de todo esto, el papel fundamental a cumplir de un socorrista es centrarse en vigilar y salvaguardar a los bañistas, evitando a toda costa que corran ningún tipo de peligro dentro del agua. Para desempeñar su función, debe prestar atención a todo tipo de situaciones que ponen en riesgo la salud de estos y por supuesto interrumpir en caso de ser necesario. Para ejercer adecuadamente debe permanecer en su puesto, debiendo esperar a ser sustituido para abandonarlo.