Cuando nos preparamos para conseguir el puesto de trabajo que nos interesa, solemos centrarnos en la posible batería de preguntas a las que tendremos que contestar. Responder con soltura y naturalidad es posible si previamente hemos dedicado un rato a elaborar respuestas. Pero existen otras maneras de comunicar además de con las palabras y el lenguaje formal: podemos transmitir muchísimo con nuestra postura corporal y nuestros gestos.
¿Sabes saludar? Lo más recomendable es dar la mano con firmeza y mirando a los ojos de nuestro interlocutor, mostrando confianza y seguridad en uno mismo. Siéntate erguido pero manteniendo una postura relajada, si estamos tensos nuestro entrevistador lo notará enseguida. Las manos, mejor en un lugar visible. Usarlas mientras hablamos enfatizará nuestras respuestas, y así evitamos dejarlas en el regazo o cruzar los brazos y poner barreras con la persona con la que estamos hablando, aportando energía y vitalidad a nuestro discurso. ¡Las manos siempre fuera de los bolsillos! Relaja el gesto de la cara, mira a tu entrevistador a los ojos y modula tu dicción para hablar de manera tranquila. Cruzar las piernas también puede transmitir una actitud defensiva, así que ensaya maneras de sentarte en casa para no caer en esta postura tan cómoda. Relaja los hombros y mantén tu cabeza centrada, es lo mejor para transmitir seriedad.
Un dato que te animará a seguir estos consejos: según una encuesta realizada a 2000 profesionales de recursos humanos, el 33% declararon que “durante los primeros 90 segundos ya sabían si contratarían al candidato”. ¿Practicamos?