El otoño es ideal para los comienzos. La vuelta al cole, empieza la universidad de nuevo, salen los nuevos coleccionables por fascículos. Y muchos empleos se renuevan después del verano. Trabajadores que sólo buscaban un empleo de verano, empresas que demandan nuevos empleados. Y tú. El trabajador harto o harta de retocar su currículum, seguir mandamientos mágicos de internet para encontrar empleo y hasta rezarle a algún santo de tu devoción.
No existe una fórmula para mejorar tu empleabilidad, entendiendo como tal tu predisposición a ser contratado, cómo te ve la empresa, cómo se ve tu curriculum. Pero la empleabilidad va mucho más allá, depende de tu género, de tu edad, de tus estudios, tu experiencia, tu imagen en redes, tus habilidades sociales, etc.
Un CV brillante con una persona incapaz de pasar una entrevista no sirve de nada. Una cualificación excelente no te salvará si rebasas los 45 y la media de edad de la plantilla no sube de 20 ¿un hombre en una mercería? ¡Por favor! Hay prejuicios y juicios obsoletos que empañan y perjudican nuestra empleabilidad irremediablemente. Esas no podemos cambiarlas (aunque no hay que dejar de intentarlo), pero sí hay algunos trucos que dependen de tu hacer y puedes mejorar para que el empleador vea en ti al empleado perfecto.
Demuestra que tus capacidades profesionales no están obsoletas, y que puedes responder a las exigencias del mercado laboral o de lo que buscan realmente las empresas. Aprende la jerga del sector, lo último en pespuntes para ese puesto de telas, la youtuber más grosera para ese puesto de marketing, etc. Utilizar una palabra que tu entrevistador desconozca será un plus, pero ir de sobrados revelando estar muy por encima en conocimientos no gustará al entrevistador. Humildad. Puedes ser el mejor en lo que eres, y nadie tiene por qué saberlo.
En España, los contactos representan la mitad de las estrategias eficaces para encontrar un trabajo. Olvídate de crear más y más perfiles en plataformas online, de solicitar una oferta en todas las formas y tiempos posibles. Contactos. Debes construir una red de networking que te permita acceder a las ofertas de trabajo ocultas como opción casi única para triunfar en la búsqueda. Amigos, conocidos, la gente del bar. Cualquiera puede ser ese eslabón entre tú y tu nuevo empleo.
Utilizar las redes sociales para participar en comunidades específicas de búsqueda de empleo, aficiones o sectores relacionados con nuestra profesión es una forma de comenzar esa red de contactos. Además te servirá para dejar huella digital, las empresas y contratadores rastrean la red en busca de trabajadores que cumplan el perfil deseado. Por ello es esencial comprobar la configuración de privacidad de tus redes sociales, quién puede ver y quién no. Crear algún perfil profesional donde comentar y subir contenidos de interés personal o profesional. Hoy día te van a conocer antes de que entregues el CV, antes de que llames a su puerta y te sientes con ellos, ya lo sabrán todo de ti.
En resumen: que no te depriman los prejuicios y las barreras, lo mejor es llegar a donde tienes que llegar cuando tengas que llegar. Es mejor pasar algunas tardes tomando cañas con ese amigo al que hace tiempo que no ves o mandando un email a esa amiga que vive al otro lado del mundo, que perder la mañana refrescando la web para ver si hay nuevas ofertas. La mayoría de los empleos, sobre todo los buenos, llegan a través de un amigo. Hay más opciones de encontrar un buen puesto tras un desayuno o un tapeo que tras una semana de ardua investigación.