Cuando una empresa está a punto de lanzar una vacante e iniciar un proceso de selección de personal, el principal problema con el que se encuentran es con dar con ese empleado ideal. Por suerte, contratando a través de una empresa de empleo temporal, la selección se convierte en un proceso fácil y sencillo donde las bases de datos y la experiencia en el sector de la ETT ofrecen a los empleados más idóneos para el perfil demandado a través de un proceso de selección profesionalizado.
No obstante, una vez contratados, es esencial que la empresa realice un sistema de seguimiento y evaluación del personal para identificar al empleado perfecto que encaje en su plantilla con la idea de construir un equipo de trabajo estable y de larga duración. Para ello, la empresa contratante debe considerar una serie de aspectos clave que todo buen empleado debe cumplir:
El nivel de proactividad, por supuesto, los comienzos son difíciles para todos y el nuevo empleado debe acostumbrarse a los horarios, tareas asignadas y a la idiosincrasia general de la vacante. Pero con el tiempo, un buen empleado debe mostrar la capacidad de ofrecer nuevas ideas, ser innovador y resolutivo con el fin de mejorar los objetivos de la empresa.
La inteligencia, entendida no como el nivel cultural o formativo del empleado sino como la capacidad del trabajador para utilizar los recursos a su alcance, su conocimiento y habilidades para mejorar la eficiencia y eficacia en el puesto de trabajo. Un ahorro significativo de tiempo al utilizar un nuevo software, una planificación de agenda bien realizada o priorizar las tareas e incluso ser multitarea son signos de inteligencia laboral. Quédate con aquel trabajador que demuestra interés en mejorar la forma de hacer la cosas y recompensa esa actitud. Pues ahorrará tiempo a la empresa y mejorará la productividad.
La autonomía en el puesto de trabajo. Es normal tener que estar encima del empleado los primeros días para resolver sus dudas y evitar un trabajo mal hecho que incluso haya que rehacer. Cuando el empleado se haya habituado a su puesto, prueba a delegar otras responsabilidades y ver cómo se desenvuelve (¿pregunta a sus compañeros, busca ayuda online, recurre a sus jefes?).
El empleado ideal sabe cuándo preguntar y cuándo resolver la situación por sí mismo, es decir, es asertivo. Una persona autónoma liberará de carga de trabajo y servirá incluso para guiar a nuevos empleados en el futuro, demostrando otra cualidad importante en todo buen trabajador: el liderazgo. Un empleado capaz de tomar responsabilidades y tomar riesgos por la empresa es un trabajador leal que querrás mantener en la compañía (e incluso ascender a largo plazo).
Y por último, pero no menos importante, si estás pensando en incorporar a tu plantilla a ese trabajador temporal que ha demostrado todas esas características, asegúrate que cumple un requisito indispensable, el compromiso. Es decir, si se siente identificado con la empresa, si valora su puesto de trabajo y su rol dentro de la empresa, si está de acuerdo con la filosofía de empresa y realmente quiere formar parte de ella.
Evalúa su interacción con los compañeros, sus comentarios, su estado de ánimo y su lenguaje corporal en las reuniones. La persona comprometida no es la que hecha más horas sino la que demuestra preocupación verdadera por el trabajo realizado y sus resultados (¿le gusta mejorar, pide consejos para hacerlo, busca alternativas para le realización de sus tareas?).
En definitiva, si lo que tu empresa busca es formar una plantilla estable y eficaz que mejore la productividad de la empresa y la eficiencia en el entorno de trabajo, debe seguir dos pasos. Primero, confiar en una ETT para realizar una selección de personal profesionalizada y especializada en el perfil deseado. Y segundo, realizar un seguimiento y evaluación para detectar las cualidades antes mencionadas en busca del empleado perfecto para incorporar a tu plantilla de forma indefinida.