Los últimos datos sacados a la luz por la séptima encuesta sobre ‘La felicidad en el trabajo’ parecen concluyentes: el 23,4% de los trabajadores españoles no es feliz en su trabajo. Hace seis años, había un 81% de trabajadores felices frente al 76,6% que muestran las cifras de este año. ¿Podremos sacar en claro las claves al descontento laboral? Solo entendiendo las causas de la infelicidad laboral se podrán hallar soluciones.
Un trabajador feliz es un trabajador productivo. De ahí que la felicidad de nuestros empleados en su puesto de trabajo deba convertirse en una prioridad para toda empresa. Los aspectos más valorados por los trabajadores españoles a la hora de alcanzar la felicidad laboral son, por orden: un buen ambiente laboral, flexibilidad en los horarios y tener un buen jefe. Un dato importante que ha caído en esta lista hasta el quinto puesto es el salario.
Si bien hace unos años el sueldo parecía ser la principal causa a la infelicidad laboral, ahora más de la mitad de los trabajadores encuestados coincidían que no se es más feliz por cobrar más. De hecho, dos de cada tres trabajadores estaría dispuesto a renunciar a un aumento a cambio de una mayor felicidad laboral.
Los números no mienten. Pasamos más de la mitad del día en nuestro puesto de trabajo (en el mejor de los casos). Las rutinas laborales, los compañeros, la decoración del entorno laboral, los descansos, etc. Existen muchas variables que afectan a la idiosincrasia de un puesto de trabajo y que están directamente relacionadas con la felicidad en el entorno laboral. La relación jefe-empleado así como la estima en el trabajo, el valor de las tareas asignadas o el sentimiento de pertenencia grupal favorecen a la felicidad en el empleo.
Uno de los principales problemas en las relaciones laborales es perder el toque humano y el valor emocional. Considerar a los empleados como meros recursos para la consecución de unos objetivos es un error fatal. Por algo se llaman ‘recursos humanos’, a la formación y experiencia de los trabajadores se suma su motivación intrínsenca, sus aspiraciones, su estado anímico, sus valores personales, etc. Una serie de elementos que, de conocer y gestionar adecuadamente, pueden mejorar con creces la actitud en el puesto de trabajo y las relaciones laborales.